Cada semana aprovecho mi escaso tiempo libre para poder hacer un poco de marcha, no estoy muy acostumbrada a les grandes caminatas, pero me defiendo en un circuito de no más de diez o doce kilómetros, para mi suficiente para no perder fondo. La vía verde es todo un referente en nuestro territorio, desde que se hizo asequible a los transeúntes hubo un antes y un después. Hoy os la recomiendo. En ella encontrareis todavía la sensación de estar entre amigos, porqué al cruzarte con la gente, aún, uno, se saluda. Te dan los buenos días, como se hace en las pequeña comunidades donde todos se conocen. Mi recorrido habitual suele ser el que une el interior y la costa. Pero, no solo podréis disfrutar de esta ruta, hay infinidad de opciones y caminos paralelos que circunvalan nuestro territorio y de los cuales aprovecho deciros que tenéis a disposición mapas tanto en las oficinas de turismo, como en los hospedajes homologados, como es el caso de Yola Apartaments. Los folletos os indican los recorridos más populares, o los más indicados para cada ocasión. Algunos, recientemente recuperados, forman parte de la vía Augusta romana. Particularmente os recomiendo, si estáis en la playa de San Salvador, o Coma-ruga, la que va hacia el interior, hacia El Vendrell.
Es un camino llano de tierra, de unos cinco o seis kilómetros, no más. Es un recorrido entre viñas, algarrobos, higueras, surcado de vegetación silvestre. Flores amarillas, rosas, malvas, crecen entre antiguos márgenes de piedra seca. Ellas te marcan el camino y te acompañan silenciosamente hasta tu destino. Pero también marcan el camino y el terreno cultivado. Mientras avanzáis podréis ver, dependiendo de la estación del año, los diferentes estadios del crecimiento de las vides, con todas sus paletas de colores, des de el verde intenso en primavera y verano para teñirse de ocres y dorados, en otoño, tomando en invierno el protagonismo los sarmientos secos. Una vez llegáis a la población podéis aprovechar para daros una vuelta por el municipio y conocer de cerca, nuestros mercados y nuestras gentes.
En la vía verde, encontráis familias con niños, en bici, o a pie, parejas jóvenes y no tan jóvenes, hablando tranquilamente, deslizándose a paso firme pero tranquilo. También encontráis grupos de amigos y amigas. Así como, los que prefieren correr a más no poder, desafiando las pulsaciones del corazón, retándose a ellos mismos y a sus cronos. Van en grupo, o solitarios, pero eso sí, equipados de pies a cabeza, con el look de moda, se nota que son verdaderos fans de las carreras de fondo y en la vez que tú haces tú hazaña particular, ellos suelen cruzarse contigo al menos un par de veces, de norte a sur, y de sur a norte, cada vez con un poco menos de aliento, pero eso sí con ganas de conseguir su objetivo. Por lo regular del terreno y el recorrido tan accesible, también hay quien escoge este trayecto para ir a trabajar, ahorrándose unos dinerillos del trasporte público, haciendo un poco de ejercicio sano tomándose el camino con moderación, sin prisa, para poder llegar a destino sin una mota de polvo en la ropa. Como os digo es un sinfín de gente transitando, nunca te encuentras solo. La vía verde es el reflejo de nuestra sociedad, variopinta y multicultural. La nuestra, la del Baix Penedès. Es la sociedad que a mí me gusta, porqué de cada una de estas vidas que te cruzas, si eres observador, aprendes.